Mi perro Labrador no come: Las principales causas.
En este artículo voy a explicar uno de los motivos más frecuentes por el cual nuestro perro deja de comer y nos preguntamos que ¿por qué mi perro Labrador no come? cuando empieza a venir el buen tiempo, siempre que no tenga otrs signos o síntomas, como decaimiento, mal estar general, etc, no nos debemos de preocupar, ni forzar a nuestro perro a comer.
Es habitual en las fechas de primavera, cuando empieza a venir el buen tiempo que nos preguntemos que ¿por qué mi perro no come? ¿Qué puedo hacer?
Mi perro Labrador no come ¿por qué?
Lo primero que pensamos es en empezar a mezclar comida de casa con el pienso, ponerle sardinas en lata para que huela mejor, alguna lata de carne...
En principio si nuestro perro tiene un buen aspecto y no vemos decaimiento o algún otro signo que pueda hacer sospechar que se encuentra mal, no nos debemos de preocupar.
El perro es un animal de sangre caliente, y como tal, tiene un consumo metabólico en conservar su temperatura corporal. En invierno necesita alimentarse más y mejor para mantener su temperatura que está alrededor de los 38º.
Cuando llega la primavera y el buen tiempo, nuestro perro no necesita tanta energía para mantener su temperatura, también llega a la primavera con una capa de grasa y de pelo (sub pelo que es necesario en invierno) que tendrá que perder para facilitarle poder mantener su temperatura con la calor, bajar la capa de grasa la consigue bajando la ingesta de calorías (comer menos durante un tiempo).
Con todo esto el perro lo que va a conseguir es que esté mucho más cómodo cuando llegue el calor.
Si intentamos forzar que nuestro perro coma en esta época que él no quiere comer, lo que estamos consiguiendo es retrasar este proceso, y si viene más calor intenso nuestro perro estará mucho más incómodo, pasará mucha más calor con la capa de grasa invernal que si no la tuviera.
Nuestro perro quiere perder grasa y pelo y tenemos que facilitárselo no forzándolo a comer si él no quiere.
Es muy importante también que los perros más abuelitos o con algún problema cardíaco o de salud, todavía les facilitemos más este proceso porque la calor les afecta más a ellos.
En resumen, si nuestro perro está aparentemente bien, sigue con sus ganas de jugar, con sus ganas de dar paseos y lo vemos aparentemente bien y nos deja de comer en primavera no nos debemos de preocupar y no hemos de forzarlo a comer para facilitar que se adapte a la calor del verano.